Aún me siguen doliendo tus cicatrices y sigo oliedo tu colonia.
Maldita memoria mía tan precisa con tus perfecciones y tan nefasta con cada error hiriente que cometiste... hasta ahora.
Maldita yo y mis jodidas ganas de llorar porque no quieres verme, maldito este agujero que tengo en la boca del estómago y que me absorve la vida.
Maldito tú y tus desprecios.
Maldito tú y mis gemidos.
Malditos todos y cada uno de tus juegos.
Malditos cada uno de tus porros poros.
Maldita mi euforia y mi furia, maldita mi estampa y mi naturaleza obsesiva.
He de ser masoquista, porque maldita sea, todavía sigo queriéndote con toda mi alma...y hasta donde me alcanza la vista, hasta donde me alcance la vida.
Foto por cortesía de @RocioMonroe.
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