sábado, 16 de febrero de 2013

Entrar en bucle.

En bucle...una y otra y otra vez, retorciendo entre mis dedos papeles llenos de sentimientos ¿qué hacer ahora? todavía recuerdo cada uno de los pasos que diste por esta habitación vacía, los sigo una y otra vez, los cuento y miro como te vas; constantemente, probando a ver si esta vez te darás la vuelta y te quedarás conmigo... patético ¿eh?
Pero es que sigo saboreándote en cada nota de esas canciones que resuenan en mi mente, en el eco de cada uno de mis suspiros. Mis papilas y pupilas te han retenido de forma permanente, ahora eres un tatuaje en mi alma; y yo, sola y desnuda ante la realidad de mi ignorancia, desolada y cansada de reírte y llorarte cada noche, de sentirte cada vez más cercano a pesar de tu lejanía palpable, me ahogo en tintos de verano y vodkas invernales en la mesa de mi habitación, llena de esos lápices de colores que usabas para dibujarme sonrisas; mis pulmones retienen aún el humo de tus cigarros que, enredado en mi pelo, me recuerda a toda tu palabrería dorada y preciosa emergente de tus perlas. 
Y aún así, sabiéndome estúpida y engañada, sigo sintiéndote en mis vestidos, sigo oliéndote en mi pelo y escuchándote en mis canciones, dibujándote en mis textos y leyéndote en mis labios, sin dejar de entrar en bucle.-Mab

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