domingo, 21 de octubre de 2012

Escueces.





Me dueles, está todo tan reciente que puedo palpar la herida ensangrentada.
Quemas, escueces, haces que se me estremezca la razón una y otra vez, y que el corazón lata cada vez más despacio.
Me matas. Muero lentamente por dentro.
Me paro, me enfrío. La herida va creando costra, pero tardará en cicatrizar, es profunda, llega al alma.

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Ilusa de mi... volví a poner mis esperanzas en un daga punzante y traicionera, afilada y venenosa. Volví a creer en que para mi el destino tenía preparada un cura definitiva y no una herida más. Que ingenua.

-Mab

lunes, 15 de octubre de 2012

Ya no fabricaré más recuerdos de esa calaña.


  Estoy harta de escuchar eso de "Yo no me arrepiento de nada de mi pasado, porque gracias a mis errores he aprendido a...blablablablablabla". Reconocedlo, esta frase no es más que un intento de ver las cosas de una forma positiva, de ser fuertes (por así decirlo) o al menos pretende dar una imagen de 'fortaleza' y 'madurez' a los demás. Pero...quitándonos esa máscara optimista que intentamos lucir ante los otros como signo de seguridad en nosotros mismos, todos sabemos perfectamente que borraríamos muchas cosas de nuestro pasado, o incluso de nuestro presente. Los errores hacen que aprendamos, verdad indudable supuestamente, pero también hacen daño; un error acarrea el 99% de las veces daños personales. Cada vez que te equivocas al amar te ganas una herida, cada vez que erras a la hora de elegir tus amistades y terminas sólo, acabas con marcas de guerra... y podría seguir así eternamente.
  Todos queréis dar una imagen madura y estable de vosotros mismos y pensáis que esa frase la refleja, a mi, sinceramente, me da... pena, sí, me da pena porque la realidad es que a todos y cada uno de nosotros nos gustaría habernos ahorrado ese dolor, ese malestar que te produce un acontecimiento que ha tenido lugar a partir de un error tuyo.

  En mi caso, mi error, o mejor dicho, mis errores más frecuentes han sido siempre dos: la facilidad para confiar y para ilusionarme. El primer error me ha hecho aprender, a base de hostias, que la gente no es digna de confianza, que no porque te digan cosas bonitas y te regalen el oído son personas gratas, pero esto lo he aprendido a base de demasiados sufrimientos que, sinceramente, me hubiera gustado ahorrarme. El segundo no me ha hecho aprender nada, me llevo decepciones, una tras otra, seguidas, sin parar, pero en cuanto llega una nueva persona vuelvo a ilusionarme, hasta hoy. Hoy he decidido que esto va a acabarse, estoy harta de decepciones y de lágrimas inservibles, estoy harta de sufrir por alguien que no siente la misma ilusión por mi, estoy cansada de darlo todo por personas insensibles. Ya no fabricaré más recuerdos románticos con nadie, ya nunca me imaginaré lo bonito que sería verle y abrazarle por primera vez, ya nunca, jamás, desearé físicamente su presencia, ni lloraré porque está con otra. Y no me malinterpretéis, él no ha sido un error, pero sí mi actitud para con su persona. A partir de hoy vuelvo a levantar mi escudo anti-ilusiones,en el que va a rebotar toda ilusión amorosa que se me pudiera pasar por la cabeza.
  Es verdad que de los errores se aprende, yo he aprendido que querer a alguien no sirve da nada, que enamorarse es como querer maltratarse a uno mismo, pero, señoras y señores, como ya he dicho; preferiría haberme ahorrado esta lección...y no sólo por el sufrimiento auto-infligido sino porque gracias a esta y algunas otras, me doy cuenta de que el hombre no vale la pena. Llamadme despechada, quizá tengáis razón, de hecho seguramente sea verdad: estoy despechada por el mundo, pero ¿sabéis qué? soy la única que reconoce que preferiría vivir una vida en la que aprender lecciones no conllevase daños. Llamadme inmadura si queréis, lo soy, pero al menos no intento ocultarlo.

Mab

miércoles, 10 de octubre de 2012

2:22

Hoy, ahora, en este momento, he decidido comenzar una nueva etapa. Una nueva aventura. No sé cual será el resultado... por eso quiero comprobarlo.
Saludad a mi nueva decisión; voy a reconstruirme.

-Mab

1:11

Todo es abstracto, todo está difuso.
No creo que nadie entienda lo que pasa por mi cabeza hoy... Quizá sea la fiebre, o quizá no, pero empiezo a ver el mundo como un cuadro de Dalí.
Empiezo a pensar que no somos más que manchas de pintura...
Debe ser que estoy febril.

-Mab

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